Mejor que lo digo yo: VII. PROYECCIONES (1)

18 May

VII. PROYECCIONES (1)

 UN BRILLANTE PÁJARO,
una maravilla que pasa un instante
volando de un árbol a otro,
apareció delicado y tierno,
desafiando el vacío
y las miradas todas
se han dirigido un instante
a esta avecilla milagrosa.

 
Los niños han mirado boquiabiertos,
y han dado gracias a Dios
porque en el mundo gris
aún existe el maravilloso color.
 
Los varones responsables han visto desconcertados
esta frágil estructura desafiante
y han aprobado un instante
y vuelto luego a sus cavilaciones y trabajos.
 
Un grupo de grullas se han alborotado un momento,
temiendo que la extraña criatura
viniera a perturbar la charca
y, después de unas cuantas fotogénicas figuras,
han seguido estáticas, arracimadas y falsas.
 
Algunos vendedores
que devaluaron hace tiempo
la ley de su mercancía,
han visto en este pajarillo una gran amenaza.
Sus consideraciones se elevan hasta las nubes,
sin duda preferirían
que tuviese seguro el pienso
en una jaula metido.
 
Los hombres y las mujeres
se han maravillado de que apareciera,
pero luego, lo han reconocido
y lo han amado.
 
Un fariseo gordo ha expresa inmediatamente
que era injusto
que este pájaro volara,
mientras otros han caído y yacen en tierra
con las alas quebradas.
 
Un grupo de cerdos ha salpicado barro
tratando de detener el vuelo,
mas el pájaro estaba alto
y el lodo ha caído
sobre los mismos chanchos.
 
El gran cazador apuntó derechamente
el cañón de su código
y ha disparado una bala de hielo
al corazón del pájaro,
pero el ave ya había pasado
y estaba fuera de su alcance.
 
El colibrí
es tan brillante
como la flor.
Joya de Ofir
pasa triunfante
buscando el sol.
 
eguzkiabejorropeq
 
ESTOY A TU LADO
echado junto a ti
y te digo suavemente:
te amo, Carmen.
Una mano mía descansa sobre tu pecho,
nuestras cabezas se tocan,
una mano tuya descansa sobre mi pecho.
¿No sientes claramente mi cabeza y mi mano?
¿No oyes mi respiración?
Yo me doy cuenta de que cada noche
apoyas tu cabeza sobre mi pecho
y oyes latir mi corazón.
¿No sientes cómo acaricio tus suaves cabellos?
El calor de mis labios
¿no recorre tu cuello?
Tú me cuentas lo que hoy te ha pasado
yo te hablo de mi trabajo.
 
Estoy aquí,
en esta cama grande,
para que no te sientas perdida
te acompaño cada noche.
 
Estoy aquí,
al alcance de tu mano.
No te sientas sola
que estoy junto a ti
y te amo.
 
Estoy aquí,
tócame los labios,
abrázame
y oye mi corazón latir.
 
sábanaspeq
 
LOS GUAYACANES PASABAN LANZANDO SUS ALARIDOS,
y las palmas reales con su cargado racimo,
cielo azul y plata,
aguaitaban nuestra excursión
y preguntaban por ti.
 
Una línea de alcatraces se acercaba ondulante,
llegó a nuestra altura
y, al ver que no estabas,
suavemente se desvió.
 
Las gaviotas tomaban el sol sobre una isla en la playa,
retrocedían ante el aguaje,
y, una a una, se iban hacia el pesquero
de la nube de pájaros;
luego, de repente, han alzado todas el vuelo.
 
En la brisa vespertina el sol nos acariciaba,
las olas se sentían tibias.
 
He roto la linea del mar, plantando semillas de mangle,
para que se elevaran al cielo como un grupo de quejas,
porque esta maravillosa tarde faltabas tú
para que la armonía hubiese sido perfecta.
 
mundacapeq
 
PASAN LOS PESQUEROS
con su cortejo de gaviotas, alcatraces y piqueros.
Bajo el sol el mar bate la playa,
los bufeos juegan,
dos enamorados se acarician largamente
en la ingravidez del mar.
En el sol mi cuerpo está tendido
aplastando la arena
con el horizonte eterno del mar.
Bajo el sol
el mar revuelve la arena.
Bajo el mar
la arena vivifica
en una explosión de soles.
Mi cuerpo sobre la arena,
horizonte del mar anegado de sol.
Tu cuerpo bajo mi mar,
inventando el sol.
Mi mar fundido en tu arena
entregado al sol.
 
Mientras los pesqueros pasan
el mar bate la playa
bajo el ardiente sol.
 
solhojaspeq
 
 
ACABA DE CAER LA LLUVIA
y la tierra, negra de rastrojos calcinados, reverdece,
renace la esperanza del hombre que se presta a sembrar.
 
Aquí estoy, con mi dolor y mi espera, sembrando nuestro amor.
Ahí estás tú, con tu sufrimiento y nuestra separación,
abriendo los surcos donde cosecharemos nuestra unión.
 
Con los primeros aguaceros suenan los machetes,
crepita el fuego, el sol invade los días
y el atardecer se vuelve rojo de nubes y quemazones.
 
Aquí estamos, sangrando de amor y ausencia,
aún hemos de derribar algunos muros de lodo sucio,
aún hemos de despojarnos del sarro de intereses ajenos,
aún quemaremos temores y vestimentas
para que nazca en nosotros un rojo sol.
 
gotasluzpeq
 
CUANDO TE SIENTAS
yo estoy al lado tuyo
y, suavemente, te piso el pie.
 
Cuando viajas en el bus
yo me aprieto junto a ti
y te tomo de la mano.
 
Cuando llegas al trabajo
yo cojo tu ficha y la retengo en mi mano
y te miro, sonriendo, a los ojos.
 
Cuando estás en clase
yo te hablo al oído
y al fondo del aula
suena el vago sonsonete
del profesor que habla.
 
Cuando miras esas rocas, pinos y praderas,
yo te acaricio y el frío de la nieve,
se te enciende en rubor.
 
Cuando estás comiendo yo estoy frente a ti,
te miro y te deseo,
y tú, medio desganada,
pierdes tu mirada
a través del vaho de los cristales.
 
Cuando llegas a la cama
y apagas la luz para dormir,
ahí estoy yo que te despierto con mis besos
y aprendemos juntos
como se expresa en nuestros cuerpos el amor.
 
Cuando te despiertas
me levanto contigo
y te digo suavemente al oído:
Carmen, te amo.
 
carmennieblapeq
 
 
APENAS COMIENZA EL INVIERNO
y ya deseo que se vaya,
que pase como un tren.
No han hecho sino empezar
las noches de vaho caliente y aguaceros
y estoy deseando que vuelvan la sequía y el polvo.
Están recién estrenados los insectos
y me gustaría que se presente, raudo,
el próximo verano de arroces nuevos.
 
Tanto te necesita mi cuerpo,
tanto te extrañan mis ojos,
es tan grande mi deseo de ti
que quisiera romper el jarro,
partir en mil pedazos el hielo,
estrellar el cristal.
 
Un chicle,
un elástico,
un hilo larguísimo
y no poder usar la tijera.
 
Una pantalla de cuero,
una funda de plástico,
una burbuja presa, inmóvil
y tú dentro y yo fuera.
 
Una interminable cinta magnética
salída de su plástico carapacho.
El atosigante trabajo de una computadora,
un teletipo misterioso que escribe
y tú fuera y yo dentro.
 
La sucesión infinita
entre los números treinta y treintaiuno,
el discurrir interminable de un segundo y otro,
el incesante crecer de las células
y los dos dentro y fuera.
 
marojopeq
 
 
ENAMORADOS DE LOS PARQUES
¿Por qué son sus besos tan livianos?
Bésense con más pasión
para que mi amada sepa,
cuando los vea al pasar,
que somos nosotros dos.
 
Enamorados de las playas
¿Por qué son sus caricias tan cortas?
Inventen los gestos nuevos
para que mi amada sepa,
cuando se bañe en el mar,
que somos nosotros dos.
 
Enamorados de las calles
¿Por qué su mirada no brilla?
Caminen gritando a todos:
Estamos enamorados,
para que ella se encienda,
cuando los vea al pasar.
 
Enamorados de las casas
¿Por qué esconden los abrazos?
No repriman el amor
para que mi amada añore
el calor de mis besos
y el sonido de mi voz.
 
pulsatillaspeq
 
AMO EN TI LA MUJER
el polo puesto de mí,
la entrega para la que fui creado,
la mitad necesaria de mi ser.
Vuelvo al origen del que soy
y del que dejé de ser.
 
Amo en ti el ser humano
la unión de dos seres
que nos constituye maduros.
La vida completa en nosotros
su eterna maravilla.
 
Amo en ti tu persona,
los valores que te animan,
tu manera de ser
me ha seducido
con tu sencillez.
Me entrego a ti,
te amo.
 
Carmenrocapeq

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Una respuesta to “Mejor que lo digo yo: VII. PROYECCIONES (1)”

  1. javisuso May 18, 2013 a 12:42 pm #

    Reblogueó esto en Ferrocarril Vasco-Navarro "El Trenico".

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