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Haikus hibernales

18 Dic
sombras de hojas
en el camino impresas
muchas pisadas
—–
las plumas danzan
en el silencio roto
por muchas guerras
—–
mar de acebuches
me da escalofríos
no sé nadar
—–
 calles de luces
mi alma se ensombrece
sin trabajar.
—–
 últimas hojas
pies nieve desnuda
pienso en azul
 —–
mi alma agobian
de luces y de prisas
las calles llenas
—–
podría ser yo
una pobre mendiga
en una esquina
—–
 sobrevivientes
carteles sobre otros
misericordia
—–

feli Navidad defpeq

El frío dentro: Natividad

5 Feb

NATIVIDAD

 58. NAVIDADES

 
Estas navidades están vacías,
crueles amarguras de formas necias,
ciegos egoísmos sumados todos,
clínicas cuadradas, de blancas frías,
tan autoritarias.
 
Muerte descompuesta presente y larga,
lenta superficie de sangre espesa,
miedos de estructura y sinrazón
puertas orgullosas de equipos médicos,
tan divinizados…
 
Tan sólo unas gotas de dulzura
en la callada labor de una toca,
en la sonrisa de un celador
y en la amabilidad de una sirvienta.
Son una serena estrella
que me señala sin equívocos
que también naces este año
de mil novecientos ochenta.
 
¡Ay de los afamados cirujanos!
dueños de las vidas inocentes.
¡Ay del gran doctor justificado!
siempre en su palabra inteligente
y en sus muchos cargos.
 
Pobre gobernanta de enfermeras.
Cuánto miedo esconden las palabras
duras del conserje, algunos días.
Cuántos desahogos de la angustia
secan los abrazos.
 
Por una herida cruel
en sangre y llanto
estás naciendo estos días
en los ojos de una niña,
enfermera nueva,
que aún siente
el dolor de las enfermas
en su alma sencilla.
 
Ponen la alegría en la envoltura,
brillos engañosos del reflejo.
Dan felicidad de promoción
dentro de una copa de champán.
¡Blanca Navidad!
 
Fiestas de inventario y desgobierno,
árboles de plástico y de estaño,
luces programadas en la crisis,
voces sugerentes del consumo…
Días superficiales.
 
En nuestro corazón desnudo
nace un niño hermoso,
sin almendras ni guirnaldas.
No tenemos tiempo para pintar
de purpurina las estrellas
ni remendamos de la mula las orejas.
 
Este año nuestra alma está quemada,
la alegría está profunda,
debajo de tanta pena…
Es agua tibia del pozo,
debajo de tanta espera.
 
Navidad es estar muy lejos,
muy lejos de nuestra casa;
soportar mucha aspereza
y muchos “no” en la cara;
entrar en frías estructuras
y en impotencia de rabia.
 
La Navidad en esta noche
se nos está volviendo más larga.
Ahora se nos concetran
muchas penas amargas.
Noche de sufrir porque sufren
las personas que nos aman.
Noche, vigilia angustiosa
de una muerte retardada.
 
Navidades también son
nuevas amistosas caras,
compañeras de hospital,
familiares y empleadas.
Hay Navidad en las manos
de la sencilla criada,
que nos sirve con cariño
sin pedir a cambio nada.
En esta noche hay amor
de familia separada,
reunida en el dolor
y en la luz de nuestras almas.
 
bolas-acebopeq
 
59. ENIGMA DE LOS OJOS NUEVOS
 
Rostros puros, blancas sierras
y los árboles desnudos.
 
Frío viento, sol de ocaso
ya no hay hojas por la tierra.
 
¿De qué color serán los ojitos
del niño recién nacido?
 
Dura vida, cruel fortuna,
en las ciudades perdidas.
 
Prisa ciega, malos modos,
toda la angustia desnuda.
 
El misterio de la noche
bajo telillas se esconde.
 
Noche larga, sin estrella,
desolación en el alma.
 
Grueso hilo, gran nevada
 
Bajo los párpados brillo
de dos gotas de rocío.
 
Suave aurora, clara luz
aún las penas nos doblan.
 
Aire tibio, resplandor,
abrió los ojos Jesús.
 
En los ojos sol le danza.
azul, de verde esperanza.
 
Luz de paz, brillo de oro
clara aurora de amistad.
 
Gota eterna, sol feliz,
día hermoso en la verdad.
 
atardecerpeq

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El frío dentro. Invierno en el gran hospital

31 Ene

INVIERNO EN EL GRAN HOSPITAL
 
50.
 
Todas las choperas de oro
van quedándose desnudas.
En la bonita tarde del sol rojo,
esa brasa inquieta y recortada,
vibrante, ocultándose en el misterio
del contraluz de la estepa.
 
Los mil velos rosados
contra el azul transparente,
un fundirse de añil y azafrán
contra el mar profundo del Guadarrama.
 
Las gasas amarillentas en girones,
horizonte del sol huído,
y al fin en las piedras rotas,
en la inmensa crestería negra
la paz completa del cielo blanco.
 
chopospeq 
 
51.
 
Estructuras de reflejos siméticos
hormigón prefabricado y cristal,
aluminio en escensión vertical,
horizontes cortados de acero,
inhumanas armonías cuadradas,
apariencia de espejo y de velo
y en los férreos paisajes brillantes
amarillo resplandor de cadáveres.
 
Y, sin embargo,
no cabemos
en  las líneas de los paralelepípedos.
Al final de la cuadrícula, toma el sol
un jubilado en un banco,
y en otro
se abrazan dos enamorados
y un poco más allá
hace yoga un monje anaranjado.
 
Los chopos casi desnudos
mecen sus dedos
hacia el azul eterno,
apenas nublado.
 
esculturacienciaspeq
 
52.
 
Hay en el parque un banco frío,
un frío banco de granito,
y hay también un olmo vestido,
un bello olmo amarillo.
Las hojas se han caído
encima del granito,
frío.
 
Hay ceniza en el aire,
todo está cubierto.
Hay un rumor grasiento
del tráfico que suena lejos,
y un viejo
de gabán ceniciento
pasa todo cubierto.
Hay un hedor de viejo
llenando el cielo.
 
Mirando arriba
azul alegría,
un gorrión que pía
en una niña
y en su naricilla,
roja de fría.
 
Hay tristeza y alegría
en la misma hoja
que emprende el vuelo.
Muestra su cara
color ceniza
y luego su sol
amarillento.
 
Hay en el parque un aire frío
que me corta la cara
y también un sol tibio
que da esperanza.
 
liquenpeq
 
53. RAFAELA
 
Ya no escucharás el cantar
de las hojas secas en la arena,
ni la sinfonía amarilla
en la brisa de la Sierra.
Ya no verás el entramado pajizo
de las ramitas desnudas,
ni los montones de hojas
pudriéndose en las esquinas.
Ya nunca más al aire se dividirá
tu piel con la caricia del sol,
ni te herirá el frío
del banco de granito.
Ya estás a salvo de la vida,
de la gran ciudad
y de ti misma.
 
Primero se te fueron los colores,
en la rebelión de las células;
se te acabaron las carnes
y los nervios
y cuando eras una ruina
y de tus ojos escapaba la vida,
el mal insaciable
arrebató de tu boca
            hasta los ayes.
 
Sola con tu piel
y tus ojos muertos.
Sola con tu sonrisa
y tus excrementos.
Sola con los extraños
que te visitábamos con miedo,
queriéndote, sin saber quién eras,
de pura compasión por tu pellejo.
 
Sola en el hospital enorme,
cuando cerraron tu expediente
con una fecha,
porque, hacía meses,
nada añadían.
Sola con solo tu nombre
y algunos comentarios crueles
que corren de boca en boca.
Sola con tu boca
y tus ojos abiertos.
 
Ya no verás la blanca nieve
ni la Navidad.
¿Quién sabe? si no prefieres
estar contemplando tu mar.
Estás viendo las espumas
y las rocas de sal
en ese Mediterráneo
de tu hogar.
 
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54.
 
Olor reconcentrado
en el discurrir de los días,
impregnado en los desconchados
de los ladrillos rotos.
Atmósfera cargada
de miedo y esperanzas contagiosas,
desecho de personas
en las horas, los días y los meses.
Años de lo mismo
para la experta enfermera
y para la fría armadura
que le salva de las muertes.
 
Un gran equipo,
material ultramoderno
de supercirujanos remendones.
Cuerpos esquematizados
y todos los sentimientos
a flor de nervios,
en impulsos remordidos,
impotentes, que revientan.
 
Las manos exploran,
los microscopios ciegos
no penetran los ojos,
ni pueden cuantificar
la rabia de las manos.
 
Una casta separada,
un tumor altivo,
una necrosis
que se debe extirpar.
Palabras orgullosas,
conciencia superior,
un miedo al fin
que debe ser combatido.
 
Los ojos están acostumbrados
a los textos,
pero no quieren leer
los gritos de la piel.
La boca sabe de vanidad
de aplauso público,
mas ha olvidado
el beso humano.
Los brazos reconocen
las lisonjas de los cargos,
pero han perdido
el sentido del abrazo.
 
Pobres hijos de cirujano
dispondrán de buen dinero,
pero escaseará el amor.
 
pared-piedrapeq

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